Creatividad gráfica para el cine

Saul Bass, además de uno de los grandes maestros del diseño en el siglo XX, fue el gran pionero en la incorporación del grafismo a la industria del cine y a la imagen de las películas: en los carteles y en los títulos de créditos de las películas. Muchos de estos trabajos han pasado a la historia y han ejercido una gran influencia en generaciones posteriores de diseñadores.


Cartel de la película Los 7 magníficos.
El cartel para Los 7 magníficos, inspirado en la estética japonesa de Los 7 samurais.



Anatomía de un asesinato, película de Otto Preminger.
Anatomía de un asesinato.
Bass (1920-1996) nació en el barrio neoyorquino del Bronx. Desde joven comenzó a trabajar en algunas agencias de Nueva York, antes de trasladarse a Los Angeles en 1946, donde montó su propio estudio. 

El director Otto Preminger fue su primer cliente en el mundo del cine al encargarle el cartel de la película Carmen Jones (1954). Tras el póster vinieron los títulos de crédito de esta película y de las siguientes.

La actividad de Saul Bass en el mundo del cine no se limitó al diseño gráfico. Participó activamente en el rodaje de la famosa escena de la ducha en Psicosis, y su pasión por ese mundo le llevó a realizar un corto documental, titulado Why man creates (1968) que obtuvo un Oscar.


Una imagen gráfica para la película


Imagen gráfica de El hombre del brazo de oro.
El hombre del brazo de oro.
En las imágenes gráficas para la promoción de películas como El hombre del brazo de oro (1955) o Anatomía de un asesinato (1959) Bass utilizaba una técnica y un proceso creativo basado en la simplificación simbólica de los elementos más representativos de la película.

Conseguía así una imagen-marca gráfica que se convertía en un auténtico programa de identidad visual corporativa, siempre basado en formas básicas, colores planos, muy limitados pero de gran significado y una rotulación tipografica realizada manualmente, muy expresiva e identificativa.

En cuanto a los títulos de crédito, Bass los concebía como micropelículas que condensaban y resumían la esencia argumental de la película.

La técnica de Bass era sencilla, tanto en las formas, como en el uso de colores básicos, pero el resultado poseía una gran complejidad simbólica y conceptual.



Póster de la película Buenos días tristeza, de Otto Preminger.
Buenos días tristeza.


El estudio de Saul Bass también se dedicó durante décadas al diseño de marcas y al desarrollo de identidad corporativa. Creó logos memorables que aún siguen en muchos casos vigentes, como AT&T, Warner, Quaker Oats o Kellogs.


Portada del libro sobre Saul Bass.
Saul Bass. A life in films and design. Un libro, prologado por el director Martin Scorsese, donde se ha tratado de recopilar toda su obra, especialmente la que realizó para la industria cinematográfica, con sus inolvidables carteles y títulos de crédito de películas dirigidas por Otto Preminger, Billy Wilder o Alfred Hitchcock, vuelve a recordarnos a esta figura tan singular del diseño gráfico.

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