El diseño de información y las etapas del proceso creativo

Hablar de Diseño supone necesariamente hablar de proyecto, y por lo tanto, de proceso. También el diseño lleva implícito el encargo de resolver algo (un problema) en un plazo de tiempo fijado, con unos recursos asignados y unos condicionantes expuestos previamente para conseguir unos objetivos. 

Gráfico 1.

Esto es válido para diseñar una silla, un coche, un edificio, unos zapatos, una revista o un sitio Web.

Si hablamos de Diseño de Información la clave no consiste únicamente en "presentar bien las cosas y que queden bonitas", sino en un trabajo de comunicación.

Antes de comenzar el proceso creativo, el diseñador debe conocer bien todos los aspectos: características del producto, forma de distribución y venta, precio estimado, y tipo de promoción.

En el caso de que la “materia prima” sea información, la tarea de diseñar consiste en visualizar, ordenar, jerarquizar contenidos, para que los datos abstractos se conviertan en conocimiento: información comprensible, accesible y atractiva que tenga cabida en nuestras saturadas mentes.

Por otra parte el proceso de diseñar requiere someterse permanentemente a un ciclo de evaluación de la solución propuesta (gráfico 1). La solución creativa ha de responder adecuadamente a los objetivos marcados, a las necesidades que se tienen y conforme a los medios disponibles. Y por otra parte, el test o comprobación/evaluación debe hacerse desde la perspectiva del cliente y de los usuarios.

Gráfico 2.

El proceso de diseño se plantea en varias etapas:

 

• Una primera etapa es de asimilación. En esta fase el diseñador se sumerge en el interior de la empresa, del tema que ha de tratar, e intenta conocer a fondo la estrategia y la cultura corporativa de su cliente. Se trata de una fase informativa y ha de ser lo más objetiva y completa posible. Así, se intentará obtener un retrato robot de las personas a las que nos vamos a dirigir: su estilo de vida, sus influencias, su nivel cultural...

• Una segunda etapa de traducción. Es el momento de comenzar a explorar los caminos más adecuados. El diseñador, debe actuar como una auténtica base de datos de estilos visuales, técnicas, ilustraciones, tipografía, así como otros intangibles, tales como su propia experiencia personal, su bagaje cultural y visual..., que le ayudarán a producir una imagen que cumpla la misión encomendada: representar a la empresa y provocar una respuesta emocional positiva en los receptores.

• La tercera etapa sería de realización, que también podríamos denominar de producción; comienza cuando ya está plasmada la idea en bocetos y ha sido aprobada por los responsables. A partir de aquí se realiza el montaje final y se programa para ser publicado.

Pero también es preciso subrayar que cualquier proyecto de diseño de información, desde un gráfico informativo o la diagramación de un texto hasta un proyecto multimedia interactivo, requiere antes que ningún otro requisito para ser efectivo, eficaz y funcional, la empatía del diseñador con sus audiencias, con su público, con las personas a las que se dirige.

El diseñador -individuo o equipo- debe conocer cómo actúa, cómo siente, qué necesidades tiene, cómo piensa ese público, y cómo puede recibir con más claridad esa información.