Estilos de diseño gráfico y mercado
Las etiquetas de vino han estado ligadas tradicionalmente a un estilo clásico. |
Definir y aplicar un estilo de diseño gráfico que sea el adecuado para el mercado al que se dirige es una cuestión clave para conseguir una comunicación eficaz. Los consumidores desean relacionarse con un tipo de marcas y de imágenes acordes con ellos mismos, con sus gustos, su estilo de vida y su forma de representarse. El caso de la creatividad y el diseño en las etiquetas y el packaging del vino es un buen ejemplo.
Estilo gráfico, públicos y mercado
Habitualmente se definen algunos estilos visuales o de diseño en el campo del marketing que acercarían o se vincularían con diferentes tipos de públicos y de los productos que consumen:
- Estilo tradicional, orientado a productos consolidados, de imagen artesanal, con vocación de permanencia y a públicos amplios.
- Estilo clásico, basado en formas y proporciones clásicas (Roma y Grecia clásicas) en un sentido estricto.
- Estilo sofisticado, que trata de vincularse con un determinado estilo y estatus, así como algunas referencias culturales.
- Estilo retro, inspirado en recursos gráficos de épocas anteriores, pero que se conservan en nuestra memoria y evocan momentos tal vez idealizados.
- Estilo juvenil, que busca relacionarse con los gustos, las aspiraciones, los vínculos y los estilos de vida de los jóvenes.
- Estilo de gran consumo, que debe saltar las barreras de los diferentes públicos específicos y buscar un atractivo general. En el supermercado, por ejemplo, lo importante es transmitir la función y los valores del producto… y, por supuesto, de la marca a la que pertenece.
Buscar y encontrar el estilo adecuado de un diseño es la clave en productos de consumo. Para el diseñador, como diría Milton Glaser es mejor no ser fiel a un estilo concreto; es más práctico adaptarse a las necesidades y consideraciones de cada encargo, en función de los públicos a los que hay que dirigirse.
Las etiquetas de vino como ejemplo
De ser un producto, por lo general, bastante clásico en su expresión gráfica y orientado a públicos y distribuidores adultos y conservadores, y poco dados a los riesgos, encontramos cada vez más diseños de etiquetas atrevidos, imaginativos y rompedores, no sólo en el aspecto gráfico, sino también en las denominaciones de marca y de producto, posiblemente en busca de nuevos consumidores, más jóvenes.
Diferentes estilos gráficos se pueden ver en nuevas etiquetas de vino procedentes de países productores, que buscan sorprender agradablemente al posible comprador de su producto, que no es de primera necesidad ni de gran consumo, y busca un aspecto más hedonista de la vida.
Vemos cómo los recursos gráficos utilizados para buscar esa seducción se basan en la utilización adecuada y creativa de varios elementos clave:
- La tipografía
- La ilustración o la fotografía tratada
- El color