Infografía sobre la Bauhaus
Esta infografía explica visualmente la evolución, las sedes y los directores de la Bauhaus, la escuela de diseño más influyente del siglo XX.
En B de Bauhaus, capítulo que da título al libro publicado por Deyan Sudjic, analiza y describe, desde su personal mirada, los aspectos más interesantes de la azarosa historia de la escuela de arte aplicado, nacida en 1919 en Dessau y clausurada en 1933 cuando tenía su sede en Berlín.
Como afirma Sudjic, “puede que como escuela no fuera representativa de todo el espectro creativo del movimiento moderno, pero alcanzó un prestigio que no ha alcanzado ninguna institución educativa, ni entonces ni después. Tras sucumbir a la Gestapo y cerrar las puertas de su centro berlinés, el mito de la Bauhaus no paró de crecer hasta proyectar su sombra sobre cualquier conversación de diseño”.
La escuela Bauhaus abrió sus puertas en 1919 con un propósito firme defendido por Gropius, su primer director: Arte y técnica habían de conformar una nueva unidad de acuerdo con su tiempo y con el objetivo de fijar la impronta del arte en la sociedad.
Una enseñanza innovadora y rupturista
Sentaron así las bases de una organización de la enseñanza innovadora y rupturista, que marcó sin duda una ruta a seguir y ejercieron una influencia decisiva que ha durado hasta nuestros días, pues con sus planteamientos estaban señalando el inicio de lo que en la actualidad se entiende como diseño, formulando y definiendo una profesión nueva: la del diseñador industrial o proyectista, diferenciada de la figura del artesano tradicional.
Este gran salto surgía y se desarrollaba en el centro de una gran tormenta de vanguardias artísticas que aparecían en aquellas primeras décadas del siglo XX: Futurismo, dadaísmo, constructivismo, surrealismo, neoplasticismo… Esas vanguardias, que iban surgiendo en oposición a otras anteriores, se acercaban al diseño aportando ideas y ejerciendo también influencias.
Los miembros de la Bauhaus, y en especial su director Walter Gropius, eran maestros en crear y en adoptar eslóganes: “Construir inventando y observar descubriendo” fue el postulado que resumiría el plan y principio pedagógico de la escuela. Se definía así cual iba a ser el modo de trabajo, el proceso de creación del objeto por parte de los nuevos diseñadores.
Para cumplir con este objetivo pedagógico, era necesario aplicar un método inductivo: que los estudiantes buscaran, probaran y experimentaran, sin tener conocimientos previos.
El curso preliminar de la Bauhaus, preceptivo para poder continuar el plan de estudios de la escuela, suponía una inmersión intensiva en este método inductivo que buscaba estimular la experimentación, la búsqueda personal, el ensayo de las diversas posibilidades creativas por parte de los alumnos.
Diseño de Herbert Bayer realizado en 1924. |
Tras superar este curso preliminar, los estudiantes habían de seguir un período de formación teórica para continuar con los talleres y finalizar con la realización de un proyecto. Los citados talleres se desarrollaban en base a dos ámbitos claramente diferenciados, uno artístico y otro manual o artesanal, que eran impartidos por dos maestros o encargados: “Un maestro de la forma” (artista) y “un maestro del oficio” (artesano). De esta manera, el estudiante desarrollaba simultáneamente habilidades artísticas y manuales. O lo que es lo mismo, trabajaba y conocía las dos vertientes del diseño, la de la creatividad y la de la realización.
En cuanto a los profesores, pasaron por sus aulas y sus talleres durante aquellos catorce años algunas de las figuras más emblemáticas e influyentes del siglo XX, en lo que a diseño y arte aplicado se refiere: Josef Albers, Herbert Bayer, Vasili Kandinski, Paul Klee, Moholy-Nagy o Johannes Itemm.
Desde aquellos primeros pasos en Weimar en 1919 hasta su cierre en Berlin, en 1933, pasando por los años de Dessau, la Bauhaus vivió una intensa experiencia –en un escenario ciertamente convulso- con dos directores al frente tras Gropius: Meyer y Mies van der Rohe.
Meyer, sustituto de Gropius en la dirección de la escuela, defendía en 1929 el funcionalismo más austero: “Todos los diseños creativos que nos facilitan la vida son un reflejo de la sociedad contemporánea; para nosotros la construcción y el diseño son exactamente lo mismo, y son un proceso social, igual que lo es una universidad del diseño. La Bauhaus de Dessau no es un fenómeno artístico sino social. En tanto que diseñadores creativos, nuestra actividad está determinada por la sociedad, y es ella la que delimita el alcance de nuestra tarea”.
El cierre definitivo de la Bauhaus en 1933, ya consolidado el nazismo en Alemania, provocó una diáspora creativa sin precedentes en el siglo XX. “El mensaje de la escuela, su método de trabajo y su enfoque innovador se extendieron por todos lados”, escribe Deyan Sudjic.
Ya en Estados Unidos, en 1938, László Moholy-Nagy, promovió la Nueva Bauhaus en la ciudad de Chicago, aunque tuvo una vida efímera. Y ya en la postguerra, en la ciudad suiza de Ulm, abrió sus puertas, durante el curso de 1953, Hochschule für Gestaltung, la escuela sucesora más directa de la inicial Bauhaus, fundada por Max Bill y Otl Aicher.
El libro de Sudjic, director del Design Museum de Londres y, en otro tiempo, editor de las prestigiosas revistas Blueprint y Domus, es en realidad una especie de “diccionario del mundo moderno”. Aprovecha la fórmula alfabética para escribir sus inteligentes reflexiones sobre diseño, sobre funcionalismo, sobre identidad, sobre coleccionismo o sobre moda.
Cada letra, cada palabra elegida, es un ensayo sobre algún aspecto del diseño, entendido como proyecto y como cultura. En este sentido, es una guía esencial para entender el mundo moderno. Y, a propósito de la “b” de bauhaus, nos preguntamos con Deyan Sudjic, por qué no ha habido después ninguna escuela con el mismo impacto que aquella mítica Bauhaus?.
En cuanto a los profesores, pasaron por sus aulas y sus talleres durante aquellos catorce años algunas de las figuras más emblemáticas e influyentes del siglo XX, en lo que a diseño y arte aplicado se refiere: Josef Albers, Herbert Bayer, Vasili Kandinski, Paul Klee, Moholy-Nagy o Johannes Itemm.
El recorrido de la Bauhaus
Desde aquellos primeros pasos en Weimar en 1919 hasta su cierre en Berlin, en 1933, pasando por los años de Dessau, la Bauhaus vivió una intensa experiencia –en un escenario ciertamente convulso- con dos directores al frente tras Gropius: Meyer y Mies van der Rohe.
Meyer, sustituto de Gropius en la dirección de la escuela, defendía en 1929 el funcionalismo más austero: “Todos los diseños creativos que nos facilitan la vida son un reflejo de la sociedad contemporánea; para nosotros la construcción y el diseño son exactamente lo mismo, y son un proceso social, igual que lo es una universidad del diseño. La Bauhaus de Dessau no es un fenómeno artístico sino social. En tanto que diseñadores creativos, nuestra actividad está determinada por la sociedad, y es ella la que delimita el alcance de nuestra tarea”.
El cierre definitivo de la Bauhaus en 1933, ya consolidado el nazismo en Alemania, provocó una diáspora creativa sin precedentes en el siglo XX. “El mensaje de la escuela, su método de trabajo y su enfoque innovador se extendieron por todos lados”, escribe Deyan Sudjic.
Ya en Estados Unidos, en 1938, László Moholy-Nagy, promovió la Nueva Bauhaus en la ciudad de Chicago, aunque tuvo una vida efímera. Y ya en la postguerra, en la ciudad suiza de Ulm, abrió sus puertas, durante el curso de 1953, Hochschule für Gestaltung, la escuela sucesora más directa de la inicial Bauhaus, fundada por Max Bill y Otl Aicher.
Fachada del Museo del Diseño en Londres.
Diseño como cultura y como proyecto
El libro de Sudjic, director del Design Museum de Londres y, en otro tiempo, editor de las prestigiosas revistas Blueprint y Domus, es en realidad una especie de “diccionario del mundo moderno”. Aprovecha la fórmula alfabética para escribir sus inteligentes reflexiones sobre diseño, sobre funcionalismo, sobre identidad, sobre coleccionismo o sobre moda.
Cada letra, cada palabra elegida, es un ensayo sobre algún aspecto del diseño, entendido como proyecto y como cultura. En este sentido, es una guía esencial para entender el mundo moderno. Y, a propósito de la “b” de bauhaus, nos preguntamos con Deyan Sudjic, por qué no ha habido después ninguna escuela con el mismo impacto que aquella mítica Bauhaus?.