Los 10 principios del diseño
Se ha utilizado el término “buen diseño” para hablar del diseño funcionalista, tan típico centro europeo –especialmente alemán y suizo- heredero de la Bauhaus, frente al “bel design”, más exuberante y espectacular, pero menos duradero.
Braun ha sido una empresa comprometida con el diseño funcionalista. Dieter Rams trabajó durante décadas para esta empresa. |
Sí, es cierto que se trata de un concepto propio del diseño industrial o de producto, pero ahora podría ser aplicable y trasladable a otros campos como el diseño gráfico, al diseño de información o el desarrollo web.
La “ideología” funcionalista mantiene que el objeto a diseñar debe estar en todo momento condicionado por el objetivo o propósito que persigue y no por su estética o su atractivo inicial. Este principio, ya definido en el axioma “la forma sigue a la función”, tiene en Dieter Rams, un ejemplo vivo de coherencia a lo largo de su larga trayectoria profesional.
Este diseñador alemán que realizó en 1955, el primer prototipo para Braun, empresa vinculada a la filosofía de diseño de las escuelas Bauhaus y de Ulm, ha inspirado y ejercido una gran influencia conceptual sobre artistas Pop como Richard Hamilton, o pioneros del movimiento minimalista como Donald Judd.
Dieter Rams. |
Estos diez principios del “buen diseño” resultan hoy más vigentes que nunca en el entorno digital, y son aplicables a diferentes campos del diseño, como el de información y multimedia.
Rams desarrolló durante toda su carrera unos principios del “buen diseño”, que debían estar presentes en su trabajo, y que le sirvieron como filtro necesario para evaluar sus proyectos:
1. El buen diseño es innovador. En cuanto a ideas y en cuanto a desarrollo tecnológico, que ofrece la posibilidad de innovar, pero esas tecnologías no deben ser un fin en sí mismo.
2. El buen diseño es utilizable. Las cosas deben estar hechas para ser usadas. Y para usarlas satisfactoriamente deben aplicarse criterios estéticos y psicológicos, además de los funcionales.
3. El buen diseño es estético. Una cualidad estética integral que se familiarice con su uso constante y que produzca una sensación de algo “bien hecho”. Sólo los objetos realmente bien realizados y bien terminados pueden ser bellos.
4. El buen diseño se entiende. Es comprensible y se explica por sí mismo. Muestra con claridad su función y se usa intuitivamente.
5. El buen diseño no pone obstáculos. Es oportuno y adecuado a las funciones que debe cumplir; no puede parecer un objeto decorativo ni un ejercicio meramente artístico.
6. El buen diseño es honesto. No pretende manipular al consumidor con promesas que no va a cumplir.
7. El buen diseño es duradero. Frente al diseño efímero y “a la moda”, con pretensiones de tendencia, que envejece rápidamente, el buen diseño busca ser atemporal.
8. El buen diseño está bien hecho. Cuida hasta el último detalle en su realización y en su acabado.
9. El buen diseño es respetuoso con el medio ambiente.
10. El buen diseño es tan reducido como sea posible. Cumple con la idea de “menos es más”, pues se concentra en los aspectos esenciales, y evita recargarlo de elementos prescindibles.
En resumen, el "buen diseño" siempre busca una vuelta a la pureza y a la simplicidad.