Un pueblo de estilo modernista
FOTOENSAYO.
Burriana, municipio de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana, cuenta con un gran número de edificios de estilo modernista en su casco histórico. ¿Por qué tanta arquitectura de este tipo concentrada en tan poco espacio?
Burriana es un fiel reflejo del desarrollo de este estilo que surgió en el arte, el diseño y la arquitectura a finales del siglo XIX y comienzos del XX, de forma muy destacada en ciudades cercanas como Barcelona y Valencia. Un ejemplo a escala reducida pero con una alta concentración de muestras.
En España se denominó Modernismo, pero en otros países europeos esta corriente estética, que prendió tan rápidamente, tuvo otros nombres. En Francia, fue el Art Nouveau; en Alemania, Jugendstil; en Austria recibió el nombre de Sezzesion; en Italia, Liberty y Floreal; y en Gran Bretaña fue el Modern Style. Distintos nombres y algunas peculiaridades en cada país, pero una misma base de inspiración y pensamiento: el movimiento Arts&Crafts, promovido auspiciado por William Morris.
La Exposición Universal de París de 1890 consagró el nuevo estilo decorativo apto para consumo y representación de la nueva burguesía, deseosa de mostrar su ascenso económico y social, a base de todo tipo de adornos, remates y florituras.
Reconocemos rápidamente el estilo gráfico característico del Modernismo, en la forma de las letras ornamentales de los comercios, en los primeros carteles publicitarios que adoptaron estas formas de moda en esa época, los omni`presentes ornamentos florales y las figuras femeninas propuestas en los carteles de Alphonse Mucha desde Paris.
En arquitectura, se mezclan sin complejos elementos estructurales y ornamentales. Materiales muy diversos se integran con libertad plena: hierro forjado, cerámica, mampostería... Una reacción al clasicismo en toda regla.
Estas casas de Burriana se construyeron en gran medida como una forma de "representación" por parte de los comerciantes y empresarios locales, en este caso del sector de la naranja, que se encontraba en su momento de máximo desarrollo.
Se estima que hasta la llegada de los años treinta del siglo XX vivían en Burriana más de 200 comerciantes de este sector. Muchos de ellos encargaron la edificación o la reforma y decoración de sus casas basándose en el estilo y las características que habían visto en Barcelona, como la Casa Vicens o el Palacio Güell, ambas de Gaudi, o del que habían oido hablar que estaba de moda en Paris o en Viena. Observando las fachadas también se aprecia la combinación de elementos estilísticos del Art Deco, que años después irrumpiría también como corriente dominante.