Del Jazz como una de las bellas artes
Un estilo de música siempre vinculado a las imágenes: la pintura, la ilustración, la fotografía o el cómic.
El jazz, expresión de la música creativa del siglo XX, ha vivido una evolución en paralelo a la de otras artes y expresiones visuales y plásticas.
En ambos casos, tanto pintores modernos como músicos de jazz, reclamaban libertad de expresión, nuevas reglas, nuevos estilos y defendían una resistencia frontal al academicismo.
El jazz, desde su nacimiento y desarrollo en las primeras décadas del siglo anterior, impactó y fascinó por su puesta en escena, con sus luces y sus sombras, por sus identificación con la noche, por el ritmo y el atrevimiento de sus improvisaciones. Era lo que Cocteau denominó, refiriéndose a sus músicos, “los coloristas de la noche”.
Pintura, diseño, ilustración
También encontramos muestras de esta colaboración entre artistas plásticos de vanguardia y el jazz en portadas de discos de los años cincuenta y sesenta. Así, De Chirico diseñó la cubierta de Misterioso, para Thelonious Monk; Pollock aportaba la imagen a un decisivo disco de Ornette Colleman, titulado Free Jazz.
Por su parte, Josef Albers, en otro tiempo maestro de la escuela Bauhaus y estudioso del Color, diseñó siete cubiertas de discos de jazz para el sello Command, basadas en la línea, el círculo y el cuadrado, fiel a una filosofía minimalista, bastante alejada de lo que se hacía por aquellos años.
Caso distinto fue el de Andy Warhol, que en los últimos años 50´, ilustraba portadas para el exquisito sello Blue Note, antes de alcanzar el estrellato en el Pop Art, con sus obras serigrafiadas de Coca Cola y Marilyn Monroe.
Cine, foto y cómic
En el campo de la fotografía, son muchos los que se han sentido atraídos por ese clima del jazz, por la magia de sus músicos presentados como personajes, por la luz de los escenarios de los clubes nocturnos, por sus inevitables clarooscuros y sus atmósferas siempre cargadas. Profesionales de largo recorrido como William Claxton o Guy Le Querrec han mostrado las diferentes caras del mundo creativo de estos músicos, contribuyendo a configurar –junto a otros fotógrafos– un cliché, a veces algo tópico y simplificador del mundo del jazz.
Finalmente, el cómic, como otro arte –visual y literario– nacido y desarrollado también en el siglo XX, se ha acercado al mundo del jazz, tomando su entorno y sus personajes como materia prima para contar historias gráficamente. Muñiz y Sampayo, desde Argentina; Guido Crepax en Italia y, naturalmente, Robert Crumb, pionero del cómic underground norteamericano, que ha dado vida magistralmente a sus “héroes” del blues y del jazz.